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Channel: El diagnóstico enfermero
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Presencia

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Las enfermeras deben estar presentes en la comunidad. Ahora más que nunca. No puede producirse un desapego hacia la atención a la salud del ciudadano. Es peligroso alejarnos del debido seguimiento de los personas con necesidades de cuidados crónicos. ¿Cómo haremos ahora para el control de las patologías "clásicas"? Tenemos que organizarnos bien. Y no desatender estas cuestiones pues son vitales.

La presencia enfermera debe sentirse en los centros de salud, también en los hospitales por supuesto. Y así ha sido durante este "episodio" de pandemia por COVID-19. Las hemos visto por la tele, escuchado por la radio, en las redes sociales...

Pero cuidado con las posibles conductas de "evitación de pacientes" que pueden darse en estos momentos en los centros sanitarios. No podemos "espantar" a las personas ni cometer negligencias en la valoración de problemas diferentes al COVID. Somos vulnerables a la infección por SARS-CoV-2. Pero también somos muy vulnerables a cometer errores por omisión en la valoración de las otras cuestiones. Seguramente antes del COVID (adC) venía "más gente de la cuenta" a los centros sanitarios (no lo sé) pero después del COVID (ddC) no puede pasar que no venga nadie. O lo que es peor, que no queramos que venga nadie... Tenemos el deber de ofrecer la mejor atención posible, incluso "en tiempos de guerra". Sobre todo en tiempos de guerra, y de post-guerra. Porque precisamente para eso estamos. Para ser, pero sobre todo para estar.

Que los centros de salud hayan tenido que cambiar la organización y la dinámica de asistencia no significa que ahora en los centros no se atienda a las personas o se trate de evitar esto a toda costa. Lo justo y necesario no significa lo mínimo posible... La Atención Primaria es promoción y prevención. ¿Entonces? ¿Cómo lo hacemos? Pues como siempre lo hemos hecho. Ni más ni menos. Ofreciendo un servicio de calidad, a cada cual lo que necesita. Valorando a las personas en sus contextos familiares y sociales. No dejando de valorarlos... Por supuesto que esto debe darse en condiciones de prevención de la infección, es decir, guardando la distancia social, controlando acceso pero no evitándolo, y con buena higiene de manos e higiene respiratoria. Como siempre ¿no?

Las enfermeras debemos estar presentes, hacernos ver, ofrecernos a la sociedad. Salir a la calle a cuidar de las personas en su contexto, en sus domicilios. Visitarlos y recibir sus visitas. Lógicamente el panorama ha cambiado y podemos "reunirnos" con las personas sin estar presentes. La llamada telefónica es "un clásico" infrautilizado adC pero que ha tomado su protagonismo durante y ddC para el seguimiento precisamente de las personas contagiadas y también de los pacientes con patologías crónicas.

Así mismo la videollamada, gran protagonista del momento para el contacto social entre personas, debe instaurarse cuanto antes en nuestros medios de trabajo para mantener ese contacto con los pacientes, con las personas y sus familias. Tendremos que pedir permiso igualmente para entrar en las casas a través de la videollamada. Y utilizar el recurso para muchas cuestiones que no exigen el contacto físico. Que son muchas. La teleconsulta o videoconsulta (TC/VC) ofrece ventajas considerables como el ahorro de tiempo en desplazamientos. Nuestras interacciones con el usuario del sistema de salud, a través de las TC/VC, deben ser repensadas e instauradas con premura. Si no es así, se nos escapará la mejor oportunidad de "actualizar" nuestro sistema de salud a un modelo de comunicación entre personas ya instaurado en nuestra sociedad de pleno derecho. Podemos poner excusas como que las personas mayores no serán capaces porque no van a entender ni disponer de los medios o conocimiento... Tal vez las mayores trabas sean las nuestras propias y debiéramos probar para ir avanzando en la superación de posibles dificultades, que las habrá seguro pero... si no se pone a prueba...

La presencia enfermera es una intervención de la clasificación NIC. Incluye actividades tan necesarias como:
- Mostrar una actitud de aceptación.
- Comunicar oralmente empatía o comprensión por la experiencia que está pasando el paciente.
- Ser sensible con las tradiciones y creencias del paciente.
- Establecer una consideración de confianza y positiva.
- Escuchar las preocupaciones del paciente.
- Permanecer en silencio, según corresponda.
- Establecer contacto físico con el paciente para expresar la consideración, si resulta oportuno.
...
- Ayudar al paciente a darse cuenta de que se está disponible, pero sin reforzar conductas dependientes.
- Permanecer con el paciente para fomentar su seguridad y disminuir sus miedos.
...
- Permanecer con el paciente y transmitirle sentimientos de seguridad y confianza durante los períodos de ansiedad.
- Ofrecerse a entrar en contacto con otras personas de apoyo, según corresponda.

¿Sabemos cuántos de nuestros pacientes viven solos? ¿Cuántos de nuestros mayores se sienten solos en tiempos de COVID? ¿A cuántos hemos seguido o tenemos "controlados"? No hablamos ya solo de enfermedad sino de una abordaje integral de las personas. ¿Cuántos tienen aún miedo, ansiedad, preocupaciones...? ¿Qué hacemos con esto? ¿Cerramos a cal y canto las puertas de nuestros centros de salud? ¿Dejamos de ir a los domicilios para "evitar contagios"? La soledad, el declive y la muerte están más cercanos que nunca para muchas de estas personas. No ya solo por el COVID-19...

Hay que hacer algo ya. Y no es difícil pues lo hemos hecho siempre. Estar con las personas. Entender sus dinámicas de cuidados. Ofrecer nuestra ayuda. Ese es nuestro trabajo.


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