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Channel: El diagnóstico enfermero
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Trastorno de los procesos de pensamiento

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Hace aproximadamente un año fue publicada, en la Revista International Journal of Nursing Knowledge, una revisión integrativa relacionada con el diagnóstico enfermero Trastorno de los Procesos de Pensamiento (TPP) (retirado de la clasificación 2012-2014 de NANDA-I). 

Esta revisión fue publicada, a partir de un proyecto de investigación en curso, por las autoras españolas Paula Escalada y Blanca Marín, ambas profesoras de la Universidad Pública de Navarra. La necesidad de este estudio viene dada por el uso habitual de las enfermeras de este diagnóstico, sobre todo en contexto clínicos como Salud Mental y Geriatría.  

Este tipo de revisiones conlleva, por un lado, una búsqueda y análisis teórico y conceptual del término (procesos de pensamiento) y, por otro, la disponibilidad de evidencias empíricas para el uso de dicho diagnóstico enfermero. Para ambas cuestiones las investigadoras hallaron resultados no satisfactorios. Escalada y Marín describen cómo, de partida, el término genera confusión y dificultades a partir de su propia definición, siendo un concepto excesivamente abstracto, lo que convierte su uso en la práctica en una cuestión de cierta dificultad. Desde los años 80, varios autores aportaron definiciones alternativas al diagnóstico, así como características definitorias y factores relacionados, con el objetivo de clarificar el enunciado y complementarlo. Sin embargo, las aportaciones no hicieron que el diagnóstico fuera más preciso ni menos ambiguo. 

Uno de los principales motivos de la falta de claridad de este diagnóstico se atribuye, según explican las autoras de esta publicación, a la complejidad de los constructos "pensamiento" y "cognición". Al observar la definición de TPP, así como sus características definitorias, se puede comprobar que no se focalizan únicamente los procesos de pensamiento, sino que se entremezclan otros numerosos procesos cognitivos. Todo ello apunta a una falta de claridad conceptual que evidencia la necesidad de un mayor desarrollo a este nivel. 

En relación a las evidencias empíricas, la mayor parte de las publicaciones ofrecen datos de prevalencia de TPP en diferentes contextos clínicos. Sobre todo los ya mencionados donde encontramos pacientes con trastornos psiquiátricos o personas mayores con problemas de demencia. En estas evidencias, las prevalencias del problema vienen dadas en función de los registros en historia de salud electrónica, lo cual muestra una conocida debilidad de validez y fiabilidad en la asignación diagnóstica, con problemas conocidos para el registro adecuado, siendo el TPP uno de los diagnósticos enfermeros menos documentados en las historias electrónicas. 

Por tanto, son necesarias (efectivamente y tal y como apuntaba NANDA-I cuando retiró la etiqueta) nuevas evidencias conceptuales y empíricas antes de reincorporar este diagnóstico a futuras clasificaciones. 



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