Hace pocos días tuvimos la oportunidad de reunirnos en Tenerife con Lala Juvé y su editor, para hablar en persona de la taxonomía de diagnósticos enfermeros ATIC. El encuentro fue bastante productivo y agradable. Ciertamente, detrás de esta terminología de interfase hay un trabajo de muchos, muchos años. Pero un trabajo muy bien hecho además. Su autora, Lala Juvé, ha tenido la amabilidad de pasarnos las publicaciones que fundamentan ATIC como taxonomía diagnóstica y se trata de un trabajo ingente. Pudimos compartir algo más de tres horas de charla distendida con nuestros colegas y amigos Alfonso García, profesor titular de Enfermería de la Universidad de La Laguna, y Domingo Fernández, enfermero del Departamento de Sistemas de Información de nuestra Gerencia de Atención Primaria.
Se trata de una terminología de interfase, cercana al lenguaje natural. Algo necesario para la clínica. Los niveles de ambigüedad de los términos diagnósticos deben reducirse al máximo posible para que las enfermeras del ámbito asistencial vean reflejadas las necesidades que atienden en los enunciados de problemas que utilizan en los registros de salud.
La fundamentación filosófica de ATIC fue publicada en una serie de artículos (concretamente tres) en la Revista de Enfermería ROL durante el año 2012. En ellos se exponen cuestiones fundamentales como ¿De qué se ocupan las enfermeras?, ¿qué problemas resuelven? o ¿qué resultados obtienen?
"ATIC es una terminología multiaxial que incluye fenómenos de interés disciplinar en forma de conceptos que reflejan los estados, problemas, situaciones y respuestas de salud de los que se ocupan las enfermeras; las acciones e intervenciones que realizan; los estados o resultados que evalúan y las especificaciones concretas de cada uno de estos ejes (sujeto, juicio, localización, presentación/temporalidad, potencialidad, o medio, entre otros)".
Como Juvé nos contaba, se busca una orientación práctica, basada en el pragmatismo, destinada a la resolución de problemas de la asistencia.
En la conceptualización de la persona, destinatario de la atención enfermera, se integran tres dimensiones: el ser físico, el ser consciente y el ser autónomo. Cada una de ellas conformada por una serie de componentes. Por ejemplo, el ser autónomo se define como "conjunto de facultades físicas y psicoemocionales necesarias para responsabilizarse de uno mismo, gobernar la propia vida en una relación de respeto con los demás". Está integrado por los componentes: autocuidado, desarrollo, voluntad y toma de decisiones.
En el tercero de los artículos de fundamentación se explican los conceptos paradigmáticos de Salud, Entorno y Enfermería, ahondando en ellos desde una perspectiva de equilibrio multidimensional. Se define la Enfermería como:
"... la disciplina científica que se ocupa del estudio de los estados de salud de las personas, sanas o enfermas, en todas las etapas de la vida y sus transiciones, en el contexto de su entorno y su experiencia, para ayudar a promover, mantener o restablecer el equilibrio de la integralidad multidimensional, del ser físico, el ser consciente y el ser autónomo, o contribuir a una muerte digna".
También en 2012, se publicó en la edición española de la Revista Nursing la evaluación inductiva de la estructura de la terminología de interfase desde la conceptualización del proceso enfermero. En las conclusiones de este paper se apuntan posibilidades de mejora de los vocabularios enfermeros existentes "... especialmente en cuanto a la especificidad de sus conceptos". No obstante, apunta elegantemente como no puede ser de otra manera "Esta conceptualización interpretativa del proceso enfermero no pretende restar el enorme valor de las obras eruditas que a lo largo de los años han contribuido al desarrollo teórico".
Durante toda la mañana, nos dimos cuenta aquel día que Lala Juvé no pretende ofrecer un sistema diagnóstico alternativo a NANDA-I. Además, así nos lo recalcó en un par de ocasiones. ATIC es un desarrollo que nace de necesidades de la misma práctica. Las enfermeras precisan reflejar en las historias de salud necesidades de cuidados que se asemejen a lo que observan en su día a día. En este sentido, sabemos que, en no pocas ocasiones, los enunciados principales de muchos diagnósticos de la clasificación de NANDA-I se alejan un poco de los problemas cotidianos que atienden las enfermeras y resultan abstractos en cierta medida. Por ello es muy útil disponer de elementos más "tangibles". Creo personalmente que ATIC aporta y cubre buena parte de estas demandas de las enfermeras asistenciales.
Tanto Lala como su editor nos ofrecieron ATIC como una terminología diagnóstica candidata a ser empleada en nuestros soportes informatizados de historia de salud. Claro está que no somos nosotros quienes tomamos estas decisiones pero trataremos de tender puentes para que se valore la propuesta. Concretamente, nos mencionaron que no se contemplan pagos ni licencias descabellados por el uso de ATIC. El dinero no sería un problema, vaya. Literal. Incluso existe la posibilidad de conceder una concesión temporal gratuita para que la terminología sea probada por un servicio clínico o grupos de profesionales interesados. Más que atractiva la propuesta. "Si por mí fuera la subiría mañana a nuestro programa de historia..." (eso les dije de inmediato) "... y que sean las enfermeras quienes decidan, con su uso, si ATIC les resulta útil en mayor o menor medida".
Mi opinión personal es que ATIC conforma un amplio abanico de necesidades de Enfermería, motivos de consulta, problemas de salud, cuestiones relacionadas con ella... Algo distinto a lo tradicionalmente conocido como diagnóstico enfermero. Sé que para muchos algunas de estas cuestiones "no son diagnósticos de enfermería". Pero para muchos otros sí. No quiero entrar en discusiones de este tipo. De fondo. Pues estamos ahora con las de forma. Y tengo una visión demasiado alternativa en asunto relacionados con el purismo taxonomicista. Para mí todo aquello que pueda ser detectado-atendido-mejorado por una enfermera es susceptible de ser diagnosticado por ella. Así de amplios son las cuestiones diagnósticas para este que escribe. Siempre que la enfermera tenga algo sobre lo que intervenir es muy probable que haya algo también que diagnosticar-identificar-denominar. Espero explicarme. No es difícil de entender, sea o no compartido de la misma manera.
Seguimos: la validez aparente y la validez de contenido de la terminología de interfase ATIC fueron publicadas, también en 2012, en el Open Journal of Nursing. La validez de criterio convergente, con NANDA-I, en el International Scholarly Research Network. Sobre la fiabilidad se publicó un manuscrito en 2013 en la prestigiosa revista International Journal of Nursing Studies. Y además un par de publicaciones más relacionadas con las intervenciones enfermeras de ámbito psicosocial y la validación de un nuevo diagnóstico en el contexto de la inmadurez neonatal.
En fin, creo firmemente que debiéramos estudiar a fondo las cualidades que puede ofrecer la terminología ATIC a los distintos contextos clínicos. Más aún habiendo sido construida y validada en nuestro entorno español. Nosotros empezamos desde ya porque todo apunta a que esta terminología dará que hablar de inmediato. La fundamentación y el rigor con que ha sido construida es enorme. No hay más que detenerse a leer cualquiera de las publicaciones mencionadas. O incluso la tesis, donde se describe todo el trabajo.
Enhorabuena Lala.