Jacqueline Fawcett ha escrito hace apenas dos días una entrada en "nuestro blog espejo", el de nursology.net. En él llevan ya varias semanas publicándose cuestiones sobre el tema del momento, el único que sucede y preocupa a todo el mundo, la pandemia del nuevo coronavirus.
Fawcett habla y expone las virtudes de la prevención primaria, su primacía para mantener el bienestar. Describe cómo las recomendaciones gubernamentales y requerimiento de cuarentena a toda la población durante la pandemia son objetivos de la prevención primaria.
Sin embargo, advierte, son pocas personas las que piensan, a lo largo de todo el mundo, en el concepto de prevención primaria como tal. En cambio, son demasiados los ciudadanos en todo el mundo que evitan las vacunas o los test de cribado y esperan a estar enfermos para buscar y solicitar cuidados de su salud. Tampoco los gobiernos apuestan realmente por este modelo preventivo hasta que sucede una crisis de la magnitud de la actual. Desde hace bastante tiempo no se destinan fondos para comprobar la eficacia de las cuarentenas.
Fawcett, afamada teórica dentro de la disciplina enfermera, resalta que como siempre, la Cuidadología (ella emplea el término Nursology) ofrece una respuesta sobre cómo darle importancia a la prevención primaria. En concreto, Florence Nightingale (FN) abogó por el cuidado del ambiente alrededor del paciente (aire limpio, agua limpia, etc.) como un modo de mantenr el bienestar.
Las ideas de FN se han trasladado a la enfermería contemporánea, especialmente dentro del modelo de sistemas de Neuman. Este modelo incluye la prevención primaria como intervención, además de la secundaria y la terciaria. Otros modelos conceptuales no explicitan su foco sobre la prevención primaria como concepto, aunque sí lo hacen sobre el bienestar de las personas y ambas cuestiones, como es lógico pensar, van de la mano.
Fawcett muestra su convencimiento, a través de la comprensión de nuestra historia como "cuidadólogos", de que los enfermeros y enfermeras siempre han tenido coraje moral para apostar por la prevención primaria e implementarla, al mismo tiempo que lo hacen de manera excelente en los otros dos niveles de prevención, secundaria y terciaria.
Utilizando las aportaciones de Poremba, una autora que estudió la pandemia de gripe de 1918-1919, señala que entonces y ahora las enfermeras están mejor posicionadas para cuidar a las personas. Poremba menciona que "Si hay algo positivo proveniente del coronavirus puede ser que se reconozca el valor esencial de las enfermeras bien cualificadas. Esto significa expandir nuestra fuerza profesional y avanzar la capacitación en el cuidado de pacientes con enfermedades agudas e infecciosas, tanto en hospitales como en los domicilios".
La gripe española acabó, hace poco más de un siglo, con la vida de 50 a 100 millones de personas según las estimaciones. Muchos de ellos niños y adultos jóvenes. Se confirmaron 500 millones de casos de contagio por esta enfermedad infecciosa en una población mundial de alrededor de 1.800 millones de habitantes.
En la actualidad, a día de hoy 23 de abril de 2020, el coronavirus ha acabado con la vida de casi 183.000 personas. Muchos de ellos personas mayores, algunos incluso que han superado la gripe española y el coronavirus. Se han confirmado en todo el mundo más de 2,6 millones de casos en una población total de casi 6.000 millones de habitantes.
Las enfermeras tienen la voz cantante en el control de estas pandemias. No tienen que hacerse ver porque son quienes se ven... Aunque probablemente luego se conviertan de nuevo en invisibles, cuando todo vuelva a la nueva normalidad (eso no nos importa). Para desempeñar, entonces, un importante papel en prevención primaria y seguir avanzando a la contribución del conocimiento del cuidado de la salud, con muchas más herramientas y sabiduría acumulada que hace 100 años, y también que hace 150. Objetivo: bienestar.