Justamente ayer se cumplían 5 años de la última entrada que llevaba el título que ahora repetimos "Metodología Basada en la Evidencia". Fue escrita por nuestra colega y amiga Carmen Villar Bustos que, junto a Azucena González y Yolanda Martín, había iniciado un camino muy necesario. La senda que completa el círculo, la de cerrar el proceso enfermero con la evidencia disponible acerca de intervenciones en cuidados que sean favorables, y sobre las que existan referencias bibliográficas, para cada diagnóstico enfermero y sus criterio de resultado. Anteriormente, habíamos escrito otra entrada también relacionada con este enfoque tan necesario, que podría seguir este esquema:
El motivo por el cual insistimos de nuevo en la idea de la Metodología Basada en la Evidencia es que para las enfermeras sería muchísimo más fácil implementar un proceso de cuidados con bibliografía disponible de intervenciones con demostrada eficacia a partir de cada diagnóstico. Y digo yo, si tenemos la obra ¿por qué no la empleamos y la trasladamos a nuestros sistemas de historia electrónica?
Acaba de publicarse esta 12ª edición del libro de Ackley y Ladwig que ahora cuenta con otras tres autoras más: Flynn, Martínez y Zanotti. Es como aquel libro de "interrelaciones" o "vínculos" pero a las que además se añade la evidencia disponible de intervención y su razonamiento, desglosados además por áreas (pediatría, geriatría, comunitaria...) Un verdadero tesoro vaya. Solo una vez, que yo conozca, fue traducido al español, en 2007. Y esta mañana, cuando el Dr. Fernández me comentó de su reciente reedición no pude resistirme a comprar la versión electrónica en inglés de esta maravilla.
Responde a cuestiones básicas, de primera necesidad asistencial, como: ¿Qué dice la evidencia acerca de lo que debe/puede hacer una enfermera con una persona que padezca, por ejemplo, "Aflicción crónica"? Y así con cada uno de los 244 diagnósticos de la última clasificación de NANDA-I, la 2018-2020. Por supuesto también con las clasificaciones NOC, NIC actualizadas a sus últimas ediciones, las de 2018. Es decir que tenemos NNN -> PSBE.
¿Se imaginan en nuestras historias informatizadas (cual guías de práctica clínica) que tras seleccionar la intervención NIC para un NANDA y un NOC el programa nos ofreciera también la evidencia de intervenciones disponibles? Yo sí lo veo. Pero está tardando... demasiado.
Por el momento, voy a disfrutar de esta herramienta indispensable e incorporarla a toda nuestra labor formativa, docente e investigadora. Seguro que nos será de máxima utilidad y provecho.