El International Journal of Nursing Knowledge está próximo a publicar un artículo que lleva por nombre "La dificultad de seleccionar el diagnóstico enfermero NANDA-I (2015-2017) de Ansiedad ante la Muerte en Japón". Claro, nos llamó la atención. De momento, solamente podemos leer el resumen pero es suficientemente clarificador al respecto del problema que se les presenta a las enfermeras en el uso de tal enunciado diagnóstico.
Se trata de un estudio de enfoque cualitativo, con diseño inductivo, realizado mediante entrevistas semiestructuradas realizadas a enfermeras con al menos tres años de experiencia clínica. Los resultados principales identificaron cuatro categorías de dificultades:
1.- Los japoneses tienen una cultura de evitación de la muerte.
2.- Es muy difícil seleccionar las características definitorias y factores relacionados del diagnóstico en casos concretos de pacientes.
3.- Existen otros diagnósticos, para esos mismos casos, que resultan más adecuados permitiendo intervenciones proactivas.
4.- La definición de Ansiedad ante la muerte y el significado de sus manifestaciones resultan ininteligibles.
Los autores concluyen que diagnósticos enfermeros como éste requieren una adaptación cultural adecuada al contexto en que se pretenden aplicar, ajustando la definición y realizando revisiones adecuadas de los indicadores clínicos. Nada nuevo bajo el sol, de poniente en este caso. El conocimiento acumulado en el uso de los diagnósticos enfermeros en la práctica clínica lleva apuntando durante años en la misma dirección. Y se están realizando trabajos importantes que permiten adaptar y ajustar los lenguajes a estos propósitos.
Para el ejemplo concreto de Ansiedad ante la muerte, en nuestro propio país se encuentra el grupo de enfermeros revisores de esta etiqueta, encabezados por Joaquín Tomás Sábado. Hace un tiempo tuve la fortuna de escuchar una conferencia suya en un congreso de AENTDE. Y señalaba justo esto, la necesidad de adecuar los términos con respecto al diagnóstico Ansiedad ante la muerte. ¿Es ansiedad? ¿Es temor? ¿Es ante la muerte? ¿Es ante el proceso de morir? De la combinación de estos 4 aspectos saldrían varios diagnósticos posibles. Recomendamos la lectura y conocimiento de los trabajos realizados por el experto en este tema, el mencionado, Joaquín Tomás Sábado.
Además, existen escalas que serían de nuestro interés para la medición de estas cuestiones. En Tenerife, por ejemplo, hace ya bastantes años, medimos la ansiedad y el temor ante la muerte y el proceso de morir en profesionales sanitarios, pues nos parecía importante conocer lo que esto supone con respecto a la atención de personas y sus familias al final de la vida. Los resultados mostraron cuestiones interesantes que les invitamos a conocer e indagar.
Nota: la imagen anterior no es del Teide, aunque lo parezca.