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Channel: El diagnóstico enfermero
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Epidemiología Enfermera

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Acuñar el término, o más bien popularizarlo porque otros colegas ya lo habían usado alguna vez hace unos cuantos años. Ese fue el encargo de nuestro amigo Armando Aguirre. Aunque no hay "nada nuevo bajo el sol" debemos acostumbrarnos a hablar de esto de la Epidemiología Enfermera. Que ¿por qué? Pues bien fácil, ya lo hemos hablado otras veces con otras palabras, las comunidades tienen necesidades de cuidados prioritarias que atender para mejorar su bienestar global. Y no es difícil darse cuenta de que tan solo mirar hacia las enfermedades es como observar con un ojo tapado las características poblacionales en relación a la salud. Las personas padecen enfermedades sí, y muchas, pero cada cual las cuida de manera diferente. Las necesidades biopsicosociales de cada ser humano son tan particulares como lo es el curso de su propia vida. Aún así, siendo casi imposible caracterizar epidemiológicamente cada complejo mundo individual, es beneficioso fotografiar las necesidades de los grupos humanos. Como mirar hacia el perfil de cuidadoras, quienes padecen con mayor probabilidad cansancio en su rol vital, siendo necesario trabajar para cubrir las consecuencias en su vida diaria. O fijarnos en el perfil de personas con dependencia física, que cuentan con dificultades para el autocuidado, deterioros de movilidad y/o ambulación, o algunos riesgos. 


Conocer en nuestro ámbito asistencial cómo se caracteriza, en términos de necesidades de cuidados, la población a la que atendemos permite anticipar los oportunos cuidados. Es más, permite preparar a nuestras enfermeras en las competencias necesarias para atender tales problemas. Si vivimos en un entorno urbano donde el estrés por sobrecarga en población adulta joven o media trabajadora, podremos intuir que una oferta asistencial grupal para aliviar tales niveles de estrés sería bienvenida. Por contra, si trabajamos en una zona desfavorecida donde el nivel de desempleo es alto y la población es relativamente joven, trabajar la autoestima, la percepción de impotencia y las capacidades personales puede contribuir a la mejora del afrontamiento de muchas personas. No sé si me explico, espero que sí. Sigamos ejemplificando, si en mi cupo como enfermero de atención primaria tengo muchos pacientes mayores de 65 años con riesgo importante de caídas y no pongo asunto en medidas para la prevención de las mismas, quizás esté cometiendo alguna negligencia. Al igual que sucede cuando los pacientes encamados en mi planta del hospital no reciben los cambios posturales adecuados y la vigilancia oportuna. Cuidar exige mirar no solo uno a uno a cada paciente sino mirar grupo a grupo a cada población. En esto consiste (creo) la epidemiología enfermera. Y el responsable primero podría ser el enfermero (cuidadólogo) de Atención Primaria. Experimentado en la atención familiar y comunitaria. Profundizamos más sobre este tema en uno de nuestros capítulos del libro recién publicado por Elsevier "Investigación en Metodología y Lenguajes Enfermeros". 


La Epidemiología Enfermera debe permitirnos contar para conocer las necesidades de cuidado de los ciudadanos de un país. Porque son datos globales en salud que, complementados con otros indicadores sociosanitarios, enriquecen el mapa de servicios que debe ofrecer un sistema sanitario como el nuestro. Además, las necesidades son cambiantes en y para el conjunto de la sociedad. Cuando hablamos de necesidades de cuidados no nos referimos únicamente a lo que existe en la clasificación más actualizada y global de la que disponemos, la de NANDA-I Hay más tipologías de problemas "ahí fuera" que validar y revisar. Y es trabajo de las enfermeras o más bien de los cuidadólogos (enfermeras que han mutado un gen más) que incorporan la cultura de la investigación y el hábito de preguntarse cada día por una nueva y mejor manera de servir a las personas. 

Como ven no solo pretendía repetir y reiterar con la escritura de hoy el término Epidemiología Enfermera, también el de Cuidadología que se entiende muy fácilmente. Si existen los términos Psicología, Podología, Antropología, Farmacología, Sociología, Cardiología, Embriología,  Teología, Zoología, ¡hasta Cinesiología!, en fin, Etimología, Dermatología, Angiología, Astrología, Otorrinolaringología (¿es que ésta no suena peor?), Oftalmología, Gnoseología, Paleontología, Coprología (¡anda que ésta!), Microbiología, Bacteriología... incluso Epidemiología, de la cual venimos hablando, ¿por qué no iba a existir la Cuidadología? Si es que ¡la practicamos a diario! Solo es cuestión de repetirlo, de hacer estos términos populares y frecuentes. En fin, esperamos tener suerte. Ya no soy practicante, ni ATS, ni DUE, ni enfermero... aunque no desprecio su importancia pues es, nada más y nada menos que, nuestro árbol genealógico. 

Me declaro oficial - y científicamente - cuidadólogo, el primero de la historia (¡toma ya!). Y como diría cualquier inventor o acuñador de nuevas palabras, términos o conceptos, ¡Eureka! Ahora mismo me siento un poco como Luis Piedrahita..."El cuidadólogo es ese ser que pone diligencia y especial atención y cuidado en aquello que hace para atender al prójimo. Saca su calculadora, pregunta a Kruskal, pregunta a Wallis y, ahí está! dice tener una letra p ¡menor a un número minimísimo! Pero... el cuidadólogo me ha engañado porque no tiene letra P.- C U I D A D Ó L O G O... Bien podría dedicarse -continúa el humorista- a solo cuidar, como su propio nombre indica, logos. Se lo imagina usted ¿verdad?"


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