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Channel: El diagnóstico enfermero
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La metamorfosis

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Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto. Estaba echado de espaldas sobre un duro caparazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre el cual casi no se aguantaba la colcha, que estaba a punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas patas, penosamente delgadas en comparación al grosor normal de sus piernas, se agitaban sin concierto.

Cuidado, no vaya a ser que a nosotros -las enfermeras- nos pase un día algo semejante. El camino hacia no se sabe bien dónde puede desembocar en algo en lo que no queríamos convertirnos de inicio, alguien en quien ni siquiera nos reconoceríamos, ¿un monstruoso insecto? Yo diría que alguna vez nos hemos encontrado en esa tesitura, en la de no identificarnos tal y como quisiéramos. Perder un poco el rumbo, si no el norte (lo cual sería más grave), puede llevarnos a puertos hostiles en los que la identidad profesional y personal se pierda por completo... pero también puede propiciarnos oportunidades no previstas.

Transformarnos conlleva cambios y, en la vida, el cambio es la norma. Todo cambia, todo se transforma... como dice esa divertida canción de Jorge Drexler. Ser enfermera sin saber qué enfermera quieres ser... ¿podría llevarnos a la pérdida de identidad?...

Bueno -pensó-; ¿y si siguiese durmiendo un rato y me olvidase de todas estas locuras? Pero no era posible, pues Gregorio tenía la costumbre de dormir sobre el lado derecho, y su actual estado no permitía adoptar tal postura. Por más que se esforzara, volvía a quedar de espaldas. Intentó en vano esta operación numerosas veces; cerró los ojos para no tener que ver aquella confusa agitación de patas...

¿Qué cambios queremos para nuestra profesión? ¿Cómo articulamos el desarrollo de nuestra disciplina? El mundo cambia con nuestros ejemplos, no con nuestras opiniones. Así que puede que nos toque modelar y modular la [enfermería (profesión) // cuidadología (disciplina)] que queremos desde el ejemplo, ejecutando mediante nuestras acciones, más que desde el hablar por hablar.

Al principio tenía la intención de levantarse tranquilamente y, sin ser molestado, vestirse y, sobre todo, desayunar, y después pensar en todo lo demás, porque en la cama, eso ya lo veía, no llegaría con sus cavilaciones a una conclusión sensata. Recordó que ya en varias ocasiones había sentido en la cama algún leve dolor, quizá producido por estar mal tumbado, dolor que al levantarse había resultado ser sólo fruto de su imaginación, y tenía curiosidad por ver cómo se iban desvaneciendo paulatinamente sus fantasías de hoy... 

La metamorfosis profesional llega también, en parte, con la madurez personal. Una cosa y la otra van ligadas. Y no nos referimos exclusivamente a cumplir años sin más. Las enfermeras españolas ya acumulan cierto bagaje que debe garantizar una atención segura y de calidad al ciudadano. Pero ¿se presta esa asistencia? Lanzo piedras en mi propio tejado... permítame dudarlo. A todos nos duele esto y ese dolor es constante al no poder prestar los cuidados que desearías, los óptimos, los mínimos para considerar que la persona está bien atendida. Un buen servicio es la clave de cualquier profesión. Al menos muchos lo vemos así. Un servicio de calidad ofrece al otro un extra que no espera, un plus de buen trato que marca la diferencia. 

Los cambios llevan tiempo, y deben darse poco a poco, pequeño cambio a pequeño cambio, paso a paso, nunca de forma radical. Sin pausa hacia lo que esperamos ser. Pero siendo y estando. Yendo directos hacia el objetivo, que debe estar claro, claro.

La puerta del vestíbulo estaba abierta y, como la puerta del piso también estaba abierta, se podía ver el rellano de la escalera y el comienzo de la misma, que conducían hacia abajo...

También sabe usted muy bien que el viajante, que casi todo el año está fuera del almacén, puede convertirse fácilmente en víctima de murmuraciones, casualidades y quejas infundadas, contras las que le resulta absolutamente imposible defenderse, porque la mayoría de las veces no se entera de ellas... 

Como dice mi gomero amigo de toda la vida "mientras no me agredan físicamente... lo demás no me hace daño". De las enfermeras siempre se dicen cosas, poco debe importarnos más que seguir adelante. Un solo objetivo: cuidar bien y hacer cuidar bien. Cualquier cambio que lleve a esta conclusión claro está que será un cambio para mejor. 

Y cuando, al llegar al final del trayecto, se levantó a la primera e irguió sus formas juveniles, pareció corroborar los nuevos proyectos y las sanas intenciones de los padres... 

No hagamos del obrar de las enfermeras una obra kafkiana, ni de su saber (el cuidado) algo tremendamente absurdo por inexistente. No deshumanicemos la atención ni alienemos a aquellos a quienes atendemos. Quizás debemos caer en la cuenta de que los alienados somos ya nosotros, los profesionales, y que las personas siguen demandando sus necesidades. 

En suma, la Metamorfosis es una alegoría. Representa la deshumanización y el absurdo en un sistema de intercambios donde lo humano parece reducirse a la apariencia y a la utilidad y si no se cumple con estas condiciones la sociedad lo desecha... 



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