La ecuación de Drake (1961), astrónomo estadounidense, es una primera aproximación teórica, aceptada por la comunidad científica, al cálculo de probabilidades de que otras civilizaciones en nuestra Galaxia se comuniquen con nosotros. Al parecer dichas probabilidades son de 0,00000003 y (esta puede ser la paradoja) al autor de la formulación se le tachó de ser ¡demasiado optimista! En fin, lógicamente esta entrada no va sobre la posibilidad de conectar con vida inteligente fuera del planeta Tierra. Esto ha sido solo un hallazgo casual, una anécdota que queremos emparentar con el concepto "Vida Inteligente" para hablar de nuestro Lenguaje de Cuidados.
Tengo la sensación de que cada vez se avanza más y más rápido en su conceptualización. Pero además creo que se avanza en la dirección correcta. Y lo afirmamos así porque al leer varios "comunicados" de NANDA-I en su propia página web encontramos un contenido lleno de bastante sentido y coherencia.
El primero, relacionado con una aclaración importante por parte de la Junta Directiva de NANDA-I de la que nos hemos enterado en Twitter gracias a nuestros colegas de las redes. En esta clarificación, publicada el pasado 25 de febrero, NANDA-I expone su postura tras haber llegado a su conocimiento el envío de una carta-mensaje a líderes enfermeros e instituciones del contexto europeo indicando que el lenguaje diagnóstico de NANDA-I debe estar vinculado únicamente a la clasificación de intervenciones NIC y a la clasificación de resultados NOC.
El posicionamiento de NANDA-I al respecto es tajante. Ellos no aprueban, ratifican ni avalan el trabajo de nadie más que el suyo propio. No pueden responder por ese trabajo de otros ni priorizan unas clasificaciones sobre otras. En este sentido, exponen numerosas clasificaciones diferentes que han sido vinculadas a lo largo de la historia a su taxonomía diagnóstica. Así como publicaciones que existen al respecto. Y mi pregunta es ¿qué pasó con la NNN Alliance del año 2002? Igual es que ciertamente tres son multitud...
Vaya, que me parece bien que NANDA-I como clasificación de diagnósticos enfermeros no esté únicamente vinculado a una clasificación de resultados y a una clasificación de intervenciones. No puede estarlo en exclusiva pues es un lenguaje diagnóstico que ofrece más posibilidades. No puede cerrarse a una sola elección, a un solo camino, a la NNN. Aunque este sea el más lógico y el más utilizado. Una cosa no quita la otra. Creo que me explico.
NANDA-I respalda
Además, en este comunicado NANDA-I expone cosas que avala y otras que no. Entre las primeras, avala una valoración enfermera estandarizada, basada en la evidencia, como el mejor soporte para un diagnóstico preciso, resultado de un buen proceso de razonamiento clínico, diagnósticos claramente definidos, con etiquetas estandarizadas y criterios de valoración bien identificados. Refiere (NANDA-I) que las intervenciones enfermeras deberían dirigirse primeramente a los factores relacionados o a los factores de riesgo (etiológicos/causales) y secundariamente, a las características definitorias (manejo de síntomas).
NANDA-I desaprueba
Por otro lado, entre las cuestiones que no son respaldadas, menciona en primer lugar los planes de cuidados estandarizados que se desarrollan a partir de diagnósticos médicos pues, según explican, no representa un uso apropiado de los diagnósticos enfermeros, objetivos e intervenciones. Y estamos de acuerdo. Siempre lo decimos. El diagnóstico enfermero no es traducción del diagnóstico médico. Está para otra cosa. Para representar necesidades, respuestas, experiencias humanas que precisan cuidados por parte de las enfermeras. Que suponen una mirada, como advierte la propia NANDA-I, centrada en la persona.
También desaconsejan:
- el uso de etiquetas diagnósticas solas, sin referencia a su definición ni a criterios identificados en la valoración que permitan entender el motivo de asignación de tal problema.
- las intervenciones que buscan únicamente la mejora de síntomas, sin considerar las influencias etiológicas o los factores de riesgo.
- las intervenciones pre vinculadas a una etiqueta diagnóstica sin tener en cuenta el resto de datos de la valoración del paciente ni la individualización de cada caso, pues esto es contrario a una atención centrada en la persona.
- del mismo modo, los criterios de resultado que no contemplan la mirada del paciente como un todo, sus valores y preferencias.
Bueno, no podemos decir que no se hayan mojado con este posicionamiento. Que, dicho sea de paso, me gusta y encuentro inteligente, coherente y procedente. Además de oportuno.
Un segundo "comunicado" que hemos leído también recientemente y nos gustaría señalar en esta entrada, para recomendar su lectura, tiene que ver con la capacidad de intervención que tienen las enfermeras sobre un grupo importante de factores relacionados o de factores de riesgo presentes hasta la fecha en la taxonomía diagnóstica. NANDA-I expone que en no pocos casos, dentro de muchos diagnósticos, existen grupos de factores relacionados y factores de riesgo que no son modificables por parte de las enfermeras aunque sí que son importantes en la consideración diagnóstica para delimitar el problema y definirlo con los componentes apropiados. Al no ser "intervenibles" la postura de NANDA-I en la clasificación 2018-2020 ha sido categorizar estos elementos como componentes diferentes, dejando solo entre los factores relacionados y de riesgo aquellos modificables con intervenciones enfermeras. Los otros elementos pasan a llamarse poblaciones en riesgo y condiciones asociadas, sobre los que ya hablamos en nuestra entrada NANDA 2018-2020.
En este otro comunicado (de septiembre de 2018) se expone la visión de NANDA-I sobre el formato PES en la práctica asistencial. Defienden que "ninguna otra disciplina usa una frase cuando identifica o documenta un diagnóstico" y que es lógico documentar únicamente la etiqueta siempre y cuando se puedan encontrar en los registros realizados por la enfermera en el contexto de la valoración y recogida de datos, aquellos que han llevado a ese juicio diagnóstico que refleja la etiqueta. Parece claro y, dicho sea de paso, es algo que también se veía venir... Más lógica, coherencia y pragmatismo.
Hacen, a continuación, una exposición muy interesante como ejemplo al respecto del diagnóstico enfermero Duelo, que particularmente nos interesa, ante las dificultades que tendríamos al intentar redactar con formato PES los factores relacionados de este problema, no modificables al tratarse de la pérdida de un ser querido (obvio). Y proponen usar, ante la ausencia de factores relacionados (al no estar desarrollados aún en la clasificación NANDA-I) ¡la evidencia disponible¡ o incluso ¡la base de nuestra experiencia! Me parece fantástico. Qué quieren que les diga. Incluso advierten que LA TERMINOLOGÍA ESTÁ EVOLUCIONANDO, QUE NO ESTÁ FIJADA EN PIEDRA NI ES INAMOVIBLE.
Hoy dormiré más tranquilo sabiendo, de primera mano, que podemos contar con algo más de certeza sobre lo que ya íbamos diciendo por ahí, que el lenguaje muta, cambia, se transforma, se adapta, se mejora, comunica, declara, relata, narra, que no es fijo sino dinámico y que NANDA-I no tiene la verdad absoluta sobre el mismo sino que debe siempre imperar la lógica de la práctica clínica, cada realidad asistencial, que es al mismo tiempo diferente, en cada caso, con cada persona, en cada lugar, frente a cada enfermera.